Canadá: “Un país con buena gente”

 

 

Según diversos rankings que se han realizado a lo largo de los últimos años, Canadá se encuentra en los primeros puestos de los mejores países para vivir. Además de sus bellos paisajes, el país cuenta con un alto índice de progreso social en lo que se refiere a la educación, asistencia sanitaria, vivienda, seguridad, “respeto por los derechos humanos”, libertad de expresión, derechos políticos. Según Michael  Green, director del programa “Social Progress Imperative”, existe una  tolerancia a la integración de los inmigrantes. Como si fuera poco, en cuanto a la percepción de la corrupción, en sus administraciones públicas, Canadá mantuvo el mismo puntaje que en 2013. Cuando se mira el contexto global, la situación del país en esta materia se destaca positivamente, a lo que podíamos agregar entonces que Canadá es uno de los países menos corruptos del mundo”.

Pareciera existir el paraíso de los desarrollados, bilingües y con la sonrisa de Jim Carrey a la cabeza. Sin embargo, si escarbamos debajo de la cáscara podemos descubrir la verdadera Canadá.

No al compromiso

En 2012, Canadá se retiró del protocolo de Kyoto, un Acuerdo Internacional realizado en Japón en 1997, por la “Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” (CMNUCC). Su objetivo es reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan calentamiento global. Dióxido de carbono (CO2), gas metano (CH4), óxido nitroso (N2O) y otros tres gases industriales: hidroflurocarburos (HFC), perflurocarburos (PFC), hexaflururo de azufre (SF6). Los cambios repercutirían en los ecosistemas y en las economías, según la Comisión Europea sobre Kyoto.

Canadá abandonó el protocolo el 11 de Diciembre de 2011, para no pagar multas  por el incumplimiento de las reducciones de gases, luego de ser presionado en la Cumbre de Durban (Sudáfrica).

Tras su retiro, el sector petrolífero canadiense se ha convertido en la mayor fuente de gas invernadero del país. El informe del Ministerio de Medio Ambiente de Canadá señala que se sumaron 173 toneladas de dióxido de carbono equivalente al 25% del total de las emisiones del país. Las autoridades admitieron que la salida permitiría desarrollar sin límites las tres mayores reservas de petróleo del mundo en su provincia de Alberta.

El informe que debe presentar cada año como parte de sus obligaciones ante las Naciones Unidas, anticipa que no podrá cumplir los limitados objetivos que el propio gobierno canadiense se ha impuesto. Paradójicamente, la postura de Ottawa le puede costar cara. En Estados Unidos se genera un claro debate para bloquear la construcción de Keystone XL, un proyecto energético, destinado a vincular la región de Alberta, con el Estado de Nebraska, en Estados Unidos. El objetivo principal es transportar petróleo por rutas existentes a distintas refinerías. Se trata de un oleoducto considerado vital para el desarrollo de las arenas bituminosas o arenas aceiteras: una combinación de arcilla, arena, agua y bitumen que es similar al petróleo, y que son extraídos mediante minería superficial.

Varios premios Nobel firmaron una carta para Obama antes de que terminara su mandato, para solicitar al Presidente que rechace la construcción del oleoducto, para  la expansión de las arenas bituminosas de Alberta en Canadá. Tanto la construcción  como el proceso de la minería determinan la presencia de Níquel, Mercurio, Plomo y Zinc  en los ríos, lo que implica aumento de contaminación, originando más agitación climática con impactos que se sentirán en todo el mundo.

 El Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, que proviene de Lacita, provincia que además es la base de su partido conservador, declaró que el desarrollo de las arenas bituminosas es un “objetivo estratégico del país”, a pesar de su impacto negativo medioambiental. El mismo señor que se reunió con el actual Presidente de los argentinos, Mauricio Macri, rectificó su cooperación con el intercambio del Medio Ambiente.

Por otro lado, la ausencia de rendición de cuentas, ha llevado a una impunidad de hecho tal, que aparentemente las empresas registradas en Canadá pueden cometer cualquier tipo de abuso en aras de maximizar sus ganancias; éstas nunca serán importunadas por la jurisdicción canadiense, ni siquiera en Canadá.

Así mismo, el gobierno canadiense confiere un apoyo multiforme a su industria a través de significativas exenciones fiscales, préstamos, garantías de financiamiento, apoyo diplomático y logístico, clave en el extranjero.

Todo esto hace de Canadá un paraíso judicial y financiero para las empresas del sector extractivo, y explica por qué la Bolsa de Valores de Toronto (TMX), la cual favorece la especulación, se ha vuelto la capital mundial de la inversión minera, pues acoge alrededor del 60% de las empresas mineras del mundo.

“NoirCanada”: Rebelde sin causa

Un caso de censura, respecto a las denuncias por contaminación y la complicidad del estado canadiense es el del libro “NoirCanada”, el cual refleja casos de abusos por parte de empresas Canadienses  del sector minero en África.

Las empresas mineras Barrick Gold y Banro Corp. siguen juicios por 11 millones de dólares a los autores y su editorial. El libro “Pillage, corruption et criminalité en Afrique” (Negro Canadá. Saqueo, corrupción y criminalidad en África) de Alain Deneault, Delphine Abadie y William Sacher, fue publicado en Quebec en 2008. Estos autores realizaron una investigación, recopilaron y analizaron cientos de documentos e informes publicados por distintas organizaciones y autores reportando casos de abusos por parte de empresas Canadiense en África, en particular del sector minero.

Tanto los autores como la editorial Ecosociete, son víctimas de dos juicios por difamación, acusados por la empresa minera Barrick Gold y Banro Corp., por 11 millones de dólares, por cuestionar la reputación del “buen ejemplo que tiene Canadá dentro y fuera de sus fronteras, desestimando el compromiso del país con el ambiente y los derechos humanos. Si bien muchos podrán objetar que este tipo de empresas son de carácter privado, las denuncias reflejadas en este texto manifiestan la destrucción ambiental, envenenamiento de poblaciones enteras, corrupción, y  mafias económicas, gracias al apoyo gubernamental que reciben las corporaciones en donde la población canadiense tiene inversiones a través de fondos públicos y privados. Luego del aporte de distintas fuentes independientes es absurdo acusar de una conspiración contra el Establishment canadiense.

Los medios de comunicación, la educación y la propaganda gubernamental en Canadá venden una imagen idealizada de la minería, en este sentido incentivan a la población a sus inversiones personales, sin cuestionarse los efectos sobre la comunidad. Así mismo, se inserta una huella irreparable socio-ecológica en grandes espacios del país despojando a sus propios pueblos originarios de sus tierras ancestrales y causando inoculación terminal. Cuesta comprender cuando sus gobernantes piden por los derechos de los pueblos originarios en otros países.

Este es un país con una fuerte tradición minera. Ha construido prosperidad económica sobre esta industria: cuenta aproximadamente con 200 minas en actividad. Los actores de la industria tienen a su favor las jurisdicciones canadienses por las ventajas fiscales y el apoyo del gobierno al sector minero.

Las autoridades hacen distintos esfuerzos para maximizar el flujo de los capitales públicos hacia la minería. Esto conduce a la concentración de las riquezas minerales del país en pocas manos, mientras que los costos socio-ambientales son altísimos.

Un argentino en Canadá

Juan Pablo Lepore, documentalista independiente argentino, fue detenido por documentar las protestas frente al G20, llevado a cabo en Toronto, Canadá en junio de 2010, mientras filmaba las detenciones de los manifestantes por parte de la policía. Lo detuvieron por varias horas. Tres meses después, volvió a ser detenido por 22 días.

Los líderes de los países más ricos del mundo, Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón y Reino Unido, se reunieron para delinear la política económica mundial. Periodistas del mundo, documentalistas y distintas organizaciones, viajaron a Montreal para realizar la cobertura de las manifestaciones antiglobalización de la cumbre G20.

Durante 2010, Lepore y otros documentalistas, realizaron“Semillas, las raíces del nuevo mundo”. Decidieron viajar a Canadá para trabajar en el proyecto. Mientras trascurría la Cumbre del G20, en las manifestaciones muchos militantes fueron fuertemente reprimidos y hubo numerosas detenciones. Fue allí donde Lepore comenzó a filmar.

En septiembre de ese mismo año, Lepore fue detenido en su departamento en Monterreal, acusado de daño a la propiedad privada durante las manifestaciones, con retención de pasaporte. Al día siguiente, fue trasladado a Toronto West, donde estuvo detenido durante casi todo el mes de septiembre. Cumplió arresto domiciliario luego de  pagar 20.000 dólares hasta el juicio de abril. Para ese entonces, la causa le adjudicaba “destrucción de propiedad privada, daño a la vida, porte de arma peligrosa y asalto a un oficial”.

"Espero que pueda servir de inspiración para los que luchan, que sepan que acá en el norte también se está luchando, que no tenemos miedo a la pérdida de la libertad siempre que sea por un mundo más justo y siendo conscientes que gran parte de la batalla se da en el terreno comunicacional. Por eso nos la jugamos a generar herramientas políticas de difusión de los movimientos que están en pie de lucha, organizándose contra este sistema opresor, y estamos dispuestos a dar todo por el mañana”. Juan Pablo Lepore, en un artículo de documentalistas argentinos (DOCA).

El artículo demuestra que, durante la Cumbre del G20, los medios alternativos, periodistas, fotógrafos y documentalistas, fueron duramente castigados y reprimidos. La CLAC (Convergencia de Luchas Anticapitalistas), el CMAQ (Centro de Medios Alternativos de Québec), el CDHAL (Comité por los Derechos Humanos de América Latina) y MEDIACOOP, y otras organizaciones se manifestaron en apoyo a la causa.

San Juan, Veladero

El 8 de septiembre de 2016, la minera Barrick Gold volvió a contaminar el medio ambiente con un derrame de cianuro en la provincia de San Juan, Argentina. Una vez más, mintió sobre las consecuencias e informó a las autoridades después del desastre provocado. El gobierno argentino denunció a la empresa y pidió explicaciones a la embajada canadiense por la forma contaminante de hacer negocios de la firma con sede en Toronto. Esta decisión fue presionada por distintas organizaciones ambientalistas y el pueblo de San Juan para el cierre de la mina Veladero.

En septiembre de 2015, se había producido un derrame anterior, causado por una falla en el circuito del transporte con una multa de 145 millones de pesos y un procesamiento judicial a los responsables. La denuncia se realizó en el marco de la “Ley de Residuos Peligrosos” por el vertido de 1.072 metros cúbicos de cianuro. Hubo contaminación de los ríos Potrerillos, Las Taguas y  La Palca. Hubo una suspensión de la actividad en la mina, según lo dispuso el juez, Dr. Juan Pablo Oritja, quien llevaba adelante la causa contra Barrick Gold desde 2015. Sin embargo, hoy la mina sigue en actividad, y muchísimas organizaciones ambientales y de DD.HH., como Conciencia Solidaria ONG, exigen el cierre y remediación inmediata y definitiva de Mina Veladero, en San Juan.

Malvinas: Barrick, Canadá y los kelpers

La multinacional Barrick Gold, se manifestó en contra del apoyo del gobierno canadiense a los derechos de los habitantes de las islas Malvinas a su determinación. El gobierno del país ratificó su postura a favor de los kelpers, habitantes malvinenses  ligado al reclamo de soberanía de las islas.

Barrick Gold  reveló que es complejo realizar negocios con Argentina, por lo tanto se ”despegó” del apoyo del gobierno de Canadá a los kelpers, ya que busca garantizar su posición de la explotación minera en nuestro país.

La actividad de Barrick Gold en la Argentina generó controversia por los beneficios recibidos en materia impositiva, y el rechazo de organizaciones ambientales que la acusan de causar daños en ambientes glaciares y periglaciares de la Cordillera sanjuanina.

Canadá, “un país con buena gente”, puede considerarse un país que criminaliza la lucha antiglobalización, con el objetivo de privatizar al mundo ampliando las brechas surgidas del capitalismo. Saqueo, corrupción y criminalidad, son características de un país “con buena pinta” y amigable por lo cual muchos lo veneran.

 


 

 

Por: Georgina Acevedo

 Colaboradora del

 Área Prensa.


 

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