Quita de retenciones a la Megaminería

Polémica económica y Derechos Humanos

En un marco donde los Derechos Humanos y los de la naturaleza no son respetados, las retenciones a la megaminería (ya sea en su funcionamiento como la quita de las mismas),  operan como símbolo del delgado límite, al cual accede la sociedad cuando tiene que discutir sobre su presente y su futuro.

Ese límite es la Vida. Que demarca las posibilidades de acción y también las verdaderas necesidades. El oyente, llámese gobernante, empresario, ciudadano común, si es que oye lo que esta Vida requiere,  puede o no tomar nota de esta demarcación y ello cobrará sus resultados.

Siendo las corporaciones megamineras y las minas mismas, invasoras de la Vida y de territorios en general,  una faz del aspecto económico del extractivismo:  las retenciones, se pusieron en el centro del debate generando división y polarización, en una coyuntura en la que en Argentina, la polémica económica arde los temores de millones de argentinos que procuran una anhelada estabilidad perdida, hace décadas, gracias al neoliberalismo, cada vez más voraz y salvaje, más egoísta e ignorante, más extractivista y destructor – dilapidador de la Vida, en un sistema que se consume solo, en su volatilidad, como la dinamita.

Mientras el dinero en ciertos sectores escasea hasta para un pan, en otros bolsillos y cuentas, se acumula en cantidades impensables. Reteniendo lo que varios otros necesitan para una vida digna en este Planeta. Este es el verdadero tema de las retenciones, visto desde un punto de vista sociológico amplio.

Desde la ecología profunda y la filosofía de la libertad, el decreto del Gobierno Nacional que eliminó las retenciones a las exportaciones mineras, por la decisión del presidente Mauricio Macri en la meca de las corporaciones megamineras: San Juan , es un aval a la expoliación y a un modelo inservible, antiecológico, no sustentable y genocida. Reiteramos, un modelo que se autodestruye, sin reflexión, sólo ambición y falsos argumentos. Queda en evidencia que el no tratamiento de este tema en el Congreso, pretende silenciar voces disidentes, y autoritariamente, direccionar el futuro de la Vida, dando empuje a un sector de la economía mundial. En desmedro de los Derechos Humanos y de la Naturaleza y en desmedro, por supuesto, gracias a la contaminación y el saqueo, de las economías regionales.

Testimonios de residentes de las zonas que ya viven con megaminería, hacen de soporte a los legisladores que criticaron esta medida que revierte el régimen de retenciones de entre 5 y 10% para la exportación de productos del sector vigente desde marzo de 2002.

Según un artículo de la Universidad de San Martín, “las retenciones a las exportaciones mineras eran un impuesto no coparticipable, por lo que financiaban al Estado Nacional. En 2015, el sector minero facturó U$S 4.000 millones por exportaciones y ha llegado a los U$S 5.500 millones, en años en los que las commodities tenían mayores precios. En los últimos días, también se ha reactivado el Consejo Federal de Minería, en el que tienen representación todas las provincias y la Nación, para elevar propuestas de política nacional minera.”

¿Cuáles son los verdaderos  intereses y las intenciones del Ingeniero en Minas y Director del Centro de Estudios para la Sustentabilidad de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Hugo Nielson, cuando dice, según el mismo artículo, y de manera optimista que “sacar las retenciones a la minería hará aumentar la producción”, y que “Haber puesto las retenciones a las exportaciones hizo que la Argentina fuera menos atractiva para las inversiones”?

La contradicción en su discurso impera cuando dice que hay que revisar las cuestión impositiva en general en el sector: “Hay que hacerlo en general, de manera que las provincias puedan obtener mayores ingresos, ya que sufren las consecuencias de la extracción. Porque, si no, la gente no ve los beneficios de la minería.”

Si asume que hay consecuencias negativas en la extracción, según el párrafo anterior, siendo estas tan graves como sabemos, en términos de Salud y Ambiente, ¿cómo puede creer que con más dinero para las provincias se solucionaría por defecto el tema?

El daño ambiental no puede repararse de este modo, ni con aumento de regalías o nacionalización de las minas. No hacen falta acuerdos con estas empresas para generar desarrollo de proveedores locales. Hace falta que se vayan y dejen de contaminar y destruir nuestros territorios y la cultura ancestral, así como las distintas posibilidades futuras, inéditas, ecológicas y verdaderamente amigables del desarrollo (no ilimitado) y la sustentabilidad real.

Por todo esto, desde Conciencia Solidaria,  creemos que es urgente y necesaria una Ley de Prohibición de Megaminería y Minería de radiactivos a nivel nacional.

 

Lic. Mariela Silvestein

Socióloga

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